Madrid, 16 de septiembre de 2012 – I Etapa
El primero paso
hacia Santiago de Compostela lo he hecho cuando me he dirigido a la misa
dominical de los jóvenes en la Basílica de la Milagrosa con los miembros de la
Comunidad Internacional de JMV, Paula, Rita y Bienvenu, cuya eucaristía fue
presidida por P. Pavol Noga, CM; allí serví como acólito y leí la segunda
lectura, que por casualidad es atribuida al Apóstol Santiago e hablaba de la fe
y de las obras. Terminada la misa, me fue a la casa cenar y buscar me equipaje,
cuando cogía el metro, en Bilbao, he encontrado Ivan y Antonio, y he tenido la
felicidad de ser acompañado por ellos hasta la Estación de Chamartín. El tren
era una especie de hotel – he dormido todo el trayecto, hacia Sarria, en una
confortable cama.
Sarria, 17 de septiembre de 2012 – I Etapa
He llegando en Sarria,
donde empezaría el camino de 115km, eran 7:25h de la madrugada, pues allí no
sale el sol hasta las 8h. He dejado el tren con más una veintena de peregrinos
que también harían el camino, pasamos por un monasterio para coger la
credencial, he comido una manzana y he seguido mi destino. La primera etapa no
fue tan complicada. Vi mucha gente, entre ellas “Jesié”, una chica de Valencia,
con ella he hecho toda la primera etapa. Llegando en Portomarín, me he hospedado en un albergue municipal y después de
conocer el pueblo, ir la misa, conocer más gente (España, Estados Unidos y Rep.
Checa) descansé para la jornada del día siguiente.
Portomarín, 18 de septiembre
de 2012 – II Etapa
Desperté a las
6h, comí algo y salí a las 7h, en ese día caminé muchos trechos solo, el camino
tenía varios peregrino de forma que era inevitable proferir, lo ya clásico,
“buen camino” para Americanos, Españoles, Franceses, Noruegueses, etc. He
encontrado un peregrino de Madrid que hacía el camino con su perro, ahí cada
quien llevaba su propia equipaje, incluso el perro. A medio de la jornada he
encontrado un Cubano, descendiente de españoles, naturalizado Americano, que
vive en Miami, de nombre Checo. Se trataba de un empresario del ramo de la
salud, que no tiene hijos, ex jugador de baloncesto; era la tercera vez que él
hacía el camino, una vez con amigos, otra con familia y esta, solo. Me ha dicho
que yo tenía que visitar Miami, pero yo no lo llevé mucho a serio. En el camino
he podido desfrutar de la naturaleza y descansar un poco. Llegamos pronto a Palas de Rei, él fue a un hostal, yo a
un albergue. En ese día comí de la comida que llevaba, en un campo/bosque
alrededor del pueblo. Después de relajar un poco recibí los señales de la
Presidenta Internacional de JMV y del Subdirector General que me desconectara
un poco de la red, momento en que, desde la biblioteca municipal del aquel
pueblo enviaba a la Hermana Asesora Nacional de JMV Brasil un correo
concretando detalles de mi regreso al mi Tierra. En el alberque he conocido una
pareja muy maja de Huelva, otra de valencia, más cuatro chicas españolas, una
alemana y etc., todas muy buenas gentes, con quienes he jugado las cartas. Me
llamó la atención la historia de un chico de Santiago que por la segunda vez
hacia el camino – no era católico practicante pero el camino tenía algo que le llenaba…
Un poco más tarde me fue a eucaristía donde he encontrado cuatro señoras
brasileñas, una vive en Madrid y las demás en Brasil, todas tienen “María” como
nombre. Fue un día bonito.
Palas de Rei, 19 de septiembre de 2012 – III Etapa
Salí a las 6h de
la mañana, corriendo a ver se conseguía alcanzar las chicas de me habitación en
las escaleras o alrededor del albergue, pero fue imposible. En ese día caminé
los 4º minutos más duros del camino – ¡solo, cuesta arriba y en el oscuro!
Rezaba y me encomendaba a Dios con esa oración que me ensenó Yasmine: “Jesús,
hijo de Dios, tiene misericordia de mí”. Tras caminar 3 o 4km me he dado cuenta
que había dejado en Palas me bastón de peregrino; por un momento pensé en
volver a por él, pero no lo hizo. Hasta que he alcanzado el grupito y les
pregunté se tenían el teléfono de la alemana o de Yago que habían quedado en el
albergue, a ver se me podían traerlo, pero nadie lo tenía, seguí en frente y
intenté olvidar me propio fallo. Como habíamos salidos pronto, también pronto
llegamos en la parada que se seguía, algunos, por miedo de que no hubiese
plazas en el siguiente albergue, se han quedado antes - 3km del destino
oficial: Arzua; yo me he ido hasta allí, y sí que tenía muchas, 46 plazas, fue
el cuarto a llegar al albergue publico de Arzua.
Por el camino he conocido y platicado inglés con una simpática pareja
australiana – gentes muy amables, padres de tres hijos, y dueños de un hostal
en una isla a dos horas de avión desde Sídney. Ya en Arzua he conocido Vinícius,
un chico brasileño, hijo único, estudiante de humanas en Alemana, que visitaba,
por la segunda vez España, esa vez con sus padres que vinieron, desde Salvador
Bahia - Brasil, acompañarlo en el camino. Allí encontré otra vez a Yago, que
pedio disculpa por no traer mi bastó, porque a él le molesta andar con tal
instrumento, yo le dice que no pasaba nada. Con él demos un paseo por el pueblo
y donde puede practicar un poco de Gallego, oportunidad también que paré para
saludar a los míos, a comprar algunos recuerdos e a las 20h, ir a la misa, esa
parroquia era muy bien organizada y el Párroco joven nos hizo a los peregrinos
una bendición especial, estábamos de EE.UU, China, Francia, Alemana,
Eslovaquia, Portugal, México, España y Brasil. – Me ha gustado.
Arzua, 20 de septiembre de 2012 – IV Etapa
Salí a las 6:30h
de la mañana, tras un desayuno rápido – antes había despertado Vinícius, que
por pereza se quedaba un poco más en la cama, jejej… caminé un buen rato solo,
y como en los demás días no me salió el sol hasta las 8h. En una cierta etapa
del camino “gracias a dos peregrinas francesas” cuatro españoles y yo tomamos
un camino malo, fueron casi tres kilómetros “perdidos”, hasta que gracias a
Dios y una campesina nos ha enseñado el camino correcto y hemos podido seguir
bien. Ese día fue especial porque he alabado al Señor y he procurado reflexionar un poco - hacer
una especie de retiro itinerante. Fue interesante – ¡Dios habló conmigo! En ese
día, el camino se hizo largo, he caminado 35km, en los últimos kilómetros he
encontrado una señora francesa, enfermera, con quien he platicado un poco, y
luego una madre que acompañaba a su hijo, un chico muy majo, con quien hable
mucho y con la madre igual, eran ingleses, pero llevaban tres años viviendo en
Málaga – España, ella divorciada pero ya con su nuevo hombre, madre de dos
hijos, budista y “anarquista”, pero moderada, decía, jejej… ¡me encantó
conocerlos!, una mujer bonísima, que me invitó a un agua, me habló de su vida y
de los suyos, yo también me abrí con ella, hablé mucho de mí, del fin de la
misión porque pasaba, de mis preocupaciones con mi hermano que se cargaba con
una enfermedad, etc., caminamos un buen rato juntos cuando ellos se quedaron
para comer y yo seguí un poco más. Tras cinco kilómetros más he llegado al Monte del Gozo – un pueblo de vacaciones,
en el cual solo había una tienda-Bar-Café ¡Vaya! Me he quedado hospedado en el
albergue Juvenil Juan Pablo II – se trata de un predio mantenido por Unión
Europea, coordinado por Polacos, ¡madre!, pero muy buena gente, que me
recibieron muy bien, se esforzando para hablar el español, no me han cobrado
nada, encima a las 20:30h nos han invitados a todos los hospedes a una
exquisita sopa. La misa fue en polaco,-
¿!pero yo no podía pedir más verdad?! Éramos como 30, la mayoría Eslavos,
allí conocí una pareja de profesores jubilados franceses y un chico sudafricano
que lleva siete años impartiendo clases de inglés en Barcelona. Por la noche
mis pies reclamaban pero la alegría de está a poco más de una hora de la
Catedral del Apóstol me hizo relajar y esperar tranquilo a la mañana siguiente.
Monte del Gozo, 21 de septiembre de 2012 – V Etapa
Desperté después
de 7h, me preparé y salí para los últimos 5km a las 8h. Estaba lloviendo y
hacia niebla. Me preparé y me fue. En el camino he encontrado una pareja
alemana, el chico sabía algo de español, con la chica platiqué algo en inglés…
La entrada en Santiago no fue tan emocionante como me lo había imaginado, pues
pensaba ver las torres de la Catedral de lejos, pero no fue así, cuando ya
estaba cerca del casco histórico la vi y me ha gustado. Al llegar en la Plaza
del Obradeiro me ha entrado aquella sensación de “¿¡y ahora, qué hacer!? Además
de las fotos he buscado el km0 y me fue a por la “compostelana” en la oficina
del peregrino, donde he encontrado una buena fila en plena 9h de la mañana.
Recogí el documento, guardé me maleta en una consigna y me fue a conocer la zona. Al intentar entrar en la Catedral sin éxito, he encontrado una comisión de peregrinos jubilados italianos que me invitaron a desayunar y a ir con ellos a Finisterre, que inicialmente nos estaba en mis planes pero lo acepté y fue fenomenal - el guía nos informaba de todo por la excursión, allí visitamos el farol, comemos (he pagado una merienda, pero el hijo del dueño del restaurante ha querido me regalar la exquisita sopa de marisco, yo lo vi como el dedo de Dios y acepté) y paseamos por la playa donde he cogido algunas conchas – originales – para regalarlas a mis amigos. Volviendo a Santiago, al entrar en la Catedral, me sorprendió oír cantar “Senhor quem pode entrar no santuario para te louvar…” fue cuando me he dado cuenta de que estaba rodeado de 120 brasileños en una excursión guiada por el Diácono Nelsinho Correia y otros miembros de Cançao Nova y Obra de Maria – dos de las nuevas comunidades de la renovación carismática católica del Brasil, - de forma que he podido participar de la misa en lengua vernácula - ¡Perfecto! Ya eran 20h y fue a por mi equipaje, de donde partí a por un lugar para dormir. Llamé a un albergue que estaba un poco lejos y me fue hacia él, cuando estaba en la altura de la calle de San Pedro me ha llamado, María de Jesús, una ex consejera internacional de JMV y me dijo que me quedara allí que me llevaría hasta el albergue y luego me enseñaría algo de la Ciudad y me invitaría para cenar un plato tipo gallego – Yo encantado de la vida, porque de hecho, como estaba en su ciudad, estaba queriendo saludarla personalmente, - y así lo hemos hecho. Volviendo al albergue a la última hora, me acosté pronto.
Recogí el documento, guardé me maleta en una consigna y me fue a conocer la zona. Al intentar entrar en la Catedral sin éxito, he encontrado una comisión de peregrinos jubilados italianos que me invitaron a desayunar y a ir con ellos a Finisterre, que inicialmente nos estaba en mis planes pero lo acepté y fue fenomenal - el guía nos informaba de todo por la excursión, allí visitamos el farol, comemos (he pagado una merienda, pero el hijo del dueño del restaurante ha querido me regalar la exquisita sopa de marisco, yo lo vi como el dedo de Dios y acepté) y paseamos por la playa donde he cogido algunas conchas – originales – para regalarlas a mis amigos. Volviendo a Santiago, al entrar en la Catedral, me sorprendió oír cantar “Senhor quem pode entrar no santuario para te louvar…” fue cuando me he dado cuenta de que estaba rodeado de 120 brasileños en una excursión guiada por el Diácono Nelsinho Correia y otros miembros de Cançao Nova y Obra de Maria – dos de las nuevas comunidades de la renovación carismática católica del Brasil, - de forma que he podido participar de la misa en lengua vernácula - ¡Perfecto! Ya eran 20h y fue a por mi equipaje, de donde partí a por un lugar para dormir. Llamé a un albergue que estaba un poco lejos y me fue hacia él, cuando estaba en la altura de la calle de San Pedro me ha llamado, María de Jesús, una ex consejera internacional de JMV y me dijo que me quedara allí que me llevaría hasta el albergue y luego me enseñaría algo de la Ciudad y me invitaría para cenar un plato tipo gallego – Yo encantado de la vida, porque de hecho, como estaba en su ciudad, estaba queriendo saludarla personalmente, - y así lo hemos hecho. Volviendo al albergue a la última hora, me acosté pronto.
Desperté tarde,
lavé me ropa, dejé parte de mi equipaje en la consigna del alberque y salí a
comprar me billete de regreso a Madrid, cuando en la cola leí una publicidad
que decía “¡Viaja por toda España, en 7
días, por 99 euros. Hable con Alsa o Kmtrico!” y después de me informar de
la propuesta la cogí. Con tres Hijas de la Caridad he ido a la misa del
peregrino, antes he entrado en el Hostal de los Reyes Católicos donde me han
brindado la comida, allí son acogidos, diariamente, 10 peregrinos a quienes les
es regalado el desayuno, la comida y la cena. Tras la comida entré en la
Catedral para la eucaristía, que por ser una misa especial, fue presidida por
el Obispo local y una veintena de padres y diáconos, entre ellos, tres
brasileños, e hicieron la bendición final con la exhibición del “Súper
Botafumero”. Lo curioso es que después del acto la gente aplaudió – no sé se es
una cosa normal o fue por la influencia de mis compatriotas presentes. Luego he
subido para abrazar el Apóstol, bajé para ver su ataúd, recé en el pórtico de
entrada, me confesé, visité la capilla del Santísimo y la exposición de los
famosos códices. En la calle visité algunas tiendas, volví al albergue, cogí
mis ropas – aun no tan secas, y me fue a la estación de autobuses, de donde
salimos rumbo a San Sebastián. Por un minuto quiso quedarme en Oviedo, capital
de Asturias, para ver entre otros a
obra del arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, pero no me sobraba tiempo y era
noche no baje del bus.
He llegado en la
ciudad a las 7h. Es una ciudad linda, pero su estación de autobuses no convence
mucho. Allí me he quedado hasta las 9:40h de donde cogería el próximo autobús a
Loyola. Aprovechando la estancia me fue a conocer la ciudad que desde el día
anterior estaba viviendo su prestigioso Festival de Cine, en sus bonitas calles
y costa pude percibir que mucha gente practica el deporte matutino.
El viaje a Loyola la hice en una hora, llegando allí fue muy bien acogido por el Jesuita Responsable por santuario, que medio a sus inúmeras tareas me dio una asistencia extraordinaria. Me ha explicado el básico sobre el lugar y me ha regalado un libro. He tenido la oportunidad de conocer detalles del santuario, visitar la casa donde nació Santo Ignacio, - una casa fortaleza que ahora es museo, rezar en la capilla de su conversión y participar de la misa de las 12h, en Euskadi que fue animada por un coral invitado desde Madrid.
Volviendo a Donostia, desfruté un poco de su centro y playas y cogí el autobús y me fue a Zaragoza, pero llegando a Navarra no resistí Pamplona, donde me he quedado por cinco horas, tiempo bastante para circular todo su casco histórico, hacer el recogido de la carrera de toros de los San Fermi, prestigiar el desfile de los cabezudos que salían por celebrar San Fermi Chiquito y sentir la energía de sus minis discos, cafeterías y bares, vivos como uno se imagina el lugar, de forma que solo he podido llegar a Zaragoza a las 22h. Allí fue acogido por Inmaculada, una amiga católica, casada, madre de siete hijos, que había conocido en mi misión, del mes anterior en África. En su casa fue muy bien acogido cené y descansé.
El viaje a Loyola la hice en una hora, llegando allí fue muy bien acogido por el Jesuita Responsable por santuario, que medio a sus inúmeras tareas me dio una asistencia extraordinaria. Me ha explicado el básico sobre el lugar y me ha regalado un libro. He tenido la oportunidad de conocer detalles del santuario, visitar la casa donde nació Santo Ignacio, - una casa fortaleza que ahora es museo, rezar en la capilla de su conversión y participar de la misa de las 12h, en Euskadi que fue animada por un coral invitado desde Madrid.
Volviendo a Donostia, desfruté un poco de su centro y playas y cogí el autobús y me fue a Zaragoza, pero llegando a Navarra no resistí Pamplona, donde me he quedado por cinco horas, tiempo bastante para circular todo su casco histórico, hacer el recogido de la carrera de toros de los San Fermi, prestigiar el desfile de los cabezudos que salían por celebrar San Fermi Chiquito y sentir la energía de sus minis discos, cafeterías y bares, vivos como uno se imagina el lugar, de forma que solo he podido llegar a Zaragoza a las 22h. Allí fue acogido por Inmaculada, una amiga católica, casada, madre de siete hijos, que había conocido en mi misión, del mes anterior en África. En su casa fue muy bien acogido cené y descansé.
Hemos despertado
pronto, desayunamos corriendo y salimos a dejar los hijos de me amiga en la
escuela y luego fuimos a conocer la Ciudad, sus calles, parques, edificaciones
con arte mozárabe y la Catedral/Basílica de la Virgen del Pillar – que con Guadalupe
es la Patrona de la Hispanidad, - un templo lindo y enorme el techo está
pintado con los colores del Brasil, dentro además de la hermosa imagen de la
Virgen del Pillar, cuyo pillar llevaba una falda blanca donada por México, se
vía las banderas de España, Portugal y de todos los países iberoamericanos,
inclusive el Brasil. Otra cosa curiosa que exponía eran dos bombas, que según
populares fueron tiradas sobre España durante las guerras mundiales y que por
milagro de la Virgen, no se explotaron. Pena que no se podía hacer foto dentro
de la iglesia, pero en la oportunidad he podido besar el pillar de la Virgen y participar
de las laudes y eucaristía, cantada por el coro de niños internos de la Catedral.
Tras la misa caminamos un poco más por la ciudad y me he ido a la estación de
autobuses donde cogí un carro a Barcelona,
llegando a la estación del norte alquilé una consigna, dejé mis mochila, comí y
fue a visitar la Sagrada Familia, que por estar a celebrar la Virgen de la
Merced he podido visitar la Basílica gratis. ¡Es, realmente, preciosa! Luego me
fue a Barceloneta, donde me he bañado y desfruté un poco de su eclética playa.
Tenía ganas de seguir a Valencia, Benidorm, Alicante, Málaga, Cádiz, Sevilla, Córdova,
Ciudad Real, Cáceres… pero no tenía tiempo ni dinero para ello. Así que relajé,
encontré amigos brasileños y españoles y descansé para volver a Madrid el día
siguiente.
El día amaneció bonito,
más un paseo por la orilla del mediterráneo, y por las hermosas calles de la pomposa
Ciudad. He cogido el autobús hacia Madrid,
allí llegando fue recibido por amigos que me habían preparado una fiesta de
despedida, agradezco el “Comandante” por eso. Ya en la Comunidad Internacional
de JMV, donde también bien acogido he podido descansar y preparar mi equipaje
para regresar al Brasil. ¡Fin de un ciclo e inicio de otro - Dios mediante!
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